miércoles, 28 de abril de 2010

Hablando de justicia

TRIBUNA: RAYMUNDO RIVA PALACIO

Mexicanos de doble moral

Políticos y medios reclaman a Arizona sin mirar los atropellos hacia centroamericanos en México

RAYMUNDO RIVA PALACIO 28/04/2010

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Pero desde luego que nos indignamos. ¿Cómo está eso de que por el solo hecho de que no parezcamos gringos, que no seamos rubios y con sobrepeso por tanta comida frita en nuestra dieta de comidas rápidas, nuestros paisanos puedan ser sujetos de arrestos, multas y deportación? ¿Cómo está eso de que una violación a la ley migratoria, que es una falta administrativa, se convierta en Arizona en un acto criminal? Por supuesto que tenemos que denunciarlo, en coro y desde todos lados.

        México

        México

        A FONDO

        Capital:
        Ciudad de México.
        Gobierno:
        República Federal.
        Población:
        109,955,400 (est. 2008)

      La noticia en otros webs

      Qué bien que nuestros políticos dejen de lado que Estados Unidos es una democracia para que exijan a Barack Obama, que como presidente de Estados Unidos frene esa ley - al final de cuentas, nuestros resabios culturales del autoritarismo nos permiten excesos como pedir al Ejecutivo que manipule a la federación. Es excelente que la Iglesia católica se queje y presione al gobierno federal de que haga algo por los pobres mexicanos que están a punto de ser repatriados contra su voluntad, y que el gobierno ofrezca la defensa a ultranza de ellos. Qué motivador es también que en el Congreso haya voces que quieran promover iniciativas contra la ley antiinmigrante.

      Hay una ola nacional contra la gesta racista en las tierras desérticas de Arizona. Pero en realidad vemos al norte para no voltear hacia nosotros mismos. Culpamos a otros sin mirar lo que hacemos de forma bastante más salvaje y grotesca. Les gritamos que discriminan, que son déspotas, mal nacidos y exterminadores del multiculturalismo. Gritamos con la fuerza de nuestro pulmón para esconder cuán hipócritas somos y lo infame de nuestra maniquea solidaridad. Sacamos lo mejor de nosotros para esconder lo peor porque, ¿cuál fue la reacción mexicana cuando el año pasado la Comisión Nacional de Derechos Humanos dio a conocer su informe sobre el maltrato de los centroamericanos en México? ¡Exacto! Nada.

      Pero no nos confundamos. La ley antimigratoria que firmó la semana pasada la gobernadora Jan Brewer es la más restrictiva que existe actualmente en Estados Unidos, lo que motivó críticas del presidente Obama inclusive antes de que la suscribiera y lo hizo advertir que el Departamento de Justicia observará su aplicación -de acuerdo con la ley en Arizona, en un plazo de 90 días-, porque existe la posibilidad de que sea violatoria de los derechos humanos.

      Brewer esperó hasta el final para hacer algo que sus antecesores se habían negado a firmar. Arizona no se ha distinguido en los últimos años por ser un espacio donde confluye un conocimiento amplio del complejo fenómeno migratorio, sino al contrario. Esta decisión que polarizó al país en unos cuantos días se inscribe en el marco electoral que muchos fuera de Estados Unidos pasan de largo.

      La ley antiinmigrante fue una iniciativa que el tesorero del estado Dave Martin aprovechó para presionar a Brewer y obligarla a tomar una posición pública. La gobernadora, que sustituyó a Janet Napolitano cuando Obama nombró a ésta secretaria de Seguridad Territorial, buscará la reelección este año y en las primarias republicanas a finales de agosto, su principal adversario es, precisamente, Martin.

      Una vena racista que se ha venido alimentando desde hace años cuando aparecieron en Arizona organizaciones vigilantes que crearon grupos paramilitares para frenar la inmigración en la frontera con México, y sucesivos gobiernos que elaboraron más de 200 iniciativas en contra de ese grupo en esta década, construyen parte del sedimento político que se ha empalmado con la temporada electoral. La denuncia, como rápidamente se hizo en varios países centroamericanos cuyos inmigrantes también resultarán afectados, es una obligación moral y una posición política.

      Pero, ¿con dobles discursos como el mexicano?

      El reporte que dio a conocer la Comisión Nacional de Derechos Humanos denunció que policías se habían vinculado con el crimen organizado -cárteles como Los Zetas y pandillas como los maras- para secuestrar, golpear, violar, prostituir, extorsionar y asesinar impunemente a inmigrantes a su paso por México. Entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, periodo que comprendió el estudio, fueron secuestrados un promedio de 67.7 inmigrantes centroamericanos por día -una cifra que, bajo cualquier perspectiva, es escandalosa. En el 10 por ciento de esos casos se documentó la participación de autoridades.

      El informe describió algunos testimonios que recogió de las víctimas, como el de una inmigrante salvadoreña, secuestrada junto con una compatriota, a quienes secuestraron en las vías de tren por la zona de Tierra Blanca, en el estado sureño de Veracruz, para luego ser llevadas a una casa de seguridad. La salvadoreña recordó: "Nos pidieron el número de teléfono de nuestros familiares en Estados Unidos y nos amenazaron que si no se los dábamos nos matarían. Todo el tiempo nos insultaron con groserías, además de que nos dieron de cachetadas, nos daban empujones y patadas en todo el cuerpo, nos pegaban con un látigo, nos taparon los ojos y nos amordazaron.

      A mi compañera la mataron porque ella no tenía quién le ayudara y no les dio ningún número... le dispararon dos veces en la cabeza y la dejaron desangrándose como tres horas enfrente de mí para intimidarme.

      "El lugar en donde me tuvieron secuestrada es una casa grande, oscura, sucia, que olía mal. Los dos días que estuve secuestrada dormía en el piso, no había cobijas y sólo me dieron una vez de comer un pan duro y poquita agua, además de que los individuos que me secuestraron me desnudaron y me violaron. En ese lugar todo el tiempo se escuchaban quejidos, gritos y lamentos de otras personas que posiblemente estaban secuestradas".

      Los investigadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos encontraron las ligas de complicidad entre delincuentes y autoridades por todo el país. Descubrieron que las redes de traficantes humanos llegan a darles salvoconductos a los inmigrantes, que es un nombre-clave, útil para que cuando en el trayecto hacia la frontera con Estados Unidos los vuelvan a secuestrar para extorsionarlos, sus nuevos captores ya no les cobrarán. El monto que pagan cada uno de los inmigrantes va de 1,500 mil a 5,000 dólares, y en volumen este ilícito generó una utilidad, en el periodo que investigaron, superior a los 25 millones de dólares.

      La denuncia fue difundida con discreción en los medios de comunicación, y provocó nulas medidas correctivas del gobierno federal y menos aún de los gobiernos estatales, donde sus policías resultaron involucradas. Los políticos deben haber estado entretenidos con algo muy importante para el futuro de la patria, pues prácticamente no se enteraron de las violaciones a los derechos humanos cometidas en contra de centroamericanos y ciudadanos de otros países en territorio mexicano.

      Ya sabemos. Hablar a favor de los inmigrantes no tiene ninguna utilidad política. Hablar contra los gringos, tiene enormes réditos. Con gritos no se resuelve nada en Estados Unidos, porque el problema, por más molestia que nos pudiera llegar a causar, es doméstico. Con gritos en México a favor de inmigrantes se habría generado una corriente de opinión pública que podría haber puesto presión sobre autoridades y legisladores para que este problema añejo de racismo y violencia contra los indocumentados en este país pudiera comenzar a tener contrapesos políticos, judiciales y, eventualmente, alguna solución que no fuera la extorsión, la violencia y la muerte.

      Pero es pedirle demasiado a nuestras clases gobernantes, que hablan mucho y hacen poco, o hacen mucho cuando el esfuerzo es mínimo y no se meten en problemas reales, como habría sucedido si gritaran tan fuerte por los inmigrantes que cruzan México, como lo están haciendo hoy en día en el Cañón del Colorado. En Estados Unidos probablemente no influirán en absoluto, ni incidirán en frenar la tendencia racista en estos tiempos electorales. Pero si lo denunciaran en México con la vehemencia y reiteración que lo hacen frente a Estados Unidos, podrían haber hecho una diferencia, y la doble moral que exudan por la piel habría sido un punto negro en nuestra historia, no una realidad que diariamente nos atropella.

      jueves, 22 de abril de 2010

      Oficialmente licenciada!!!!!!


      Muchachas y muchachos, nomás les escribo para compartirles que OFICIALMENTE YA SOY LICENCIADA EN DISEÑO GRÁFICO!!!!! hace ratito me entregaron mi título. De verdad quiero agradecerles por acompañarme en esta etapa tan rica y tan difícil de mi vida, comparto con ustedes el logro porque tmb es suyo de ustedes eda?

      Muchos abrazos y todo el cariño!!!!

      Clarinete

      martes, 13 de abril de 2010

      "el narco, una subcultura en México"

      Recibe Juan Villoro el premio Rey de España; "el narco, una subcultura en México"
      Alejandro Gutiérrez


      MADRID, 13 de abril (apro).- El escritor Juan Villoro recibió hoy el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en la categoría Iberoamericano, gracias a su artículo La alfombra roja. El imperio del narcoterrorismo, publicado en el Periódico de Cataluña.

      Poco antes de recibir el galardón de manos del rey Juan Carlos, Villoro dijo que lo “más grave del narcotráfico en México es que se ha convertido en una subcultura; es decir, una normalidad paralela. Hay muchas zonas del país en donde la forma de vida más habitual es el narcotráfico”.

      Fue por ello que consideró de gran valía la crónica del encuentro que don Julio Scherer, fundador deProceso, tuvo con Ismael Zambada, El Mayo Zambada, dijo en entrevista con periodistas mexicanos.

      “Ha sido muy debatido, pero finalmente forma parte de esa encrucijada. El periodista tiene la obligación de cubrir y encontrar todas las fuentes, precisamente para que podamos entender esta realidad”, dijo.

      “No es una entrevista, es un encuentro fugaz, pero si nos damos cuenta, en México existe una retaguardia muy grande, que es buena parte del campo mexicano que es impune y es inexpugnable”

      “Entonces si este encuentro algún dato importante o un mensaje nos da, como lo dice el Mayo, es ´a mí no me van a encontrar porque este territorio lo domino yo, estas cañadas, estos escondites, el campos se ha convertido en un terreno inexpugnable que este encuentro lo revela”.

      Consideró que es el periodismo “valiente”, “el trabajo de campo” de Scherer, que ayuda a debatir qué papel deben jugar los medios de comunicación.

      “No puede ser que lo único que hagan los medios de comunicación en México es cubrir los crímenes del narcotráfico. Al mismo tiempo que se da esta información se tiene que reconstruir el tejido social, y ahí es muy importante lo que puede hacer el arte y la comunicación”, dijo Villoro.

      Advirtió que “se debe reconocer la realidad, diagnosticarla, crear redes de entendimiento, como se configura una nueva forma de vida, de economía y construir un discurso de esperanza, porque no solo implica cubrir los crímenes del narcotráfico”.

      Recordó que de los más de 17 mil personas que han perdido la vida a lo largo de este período de gobierno, no se han atendido las vidas de esas víctimas. “Qué pasa con esa gente. Quiénes son. Qué se perdió con esas vidas. No estamos honrando a las víctimas con un relato. Y eso me parece muy grave”.

      Recordó que el panorama es tan grave en México, que el mismo titular del IFE, Leonardo Valdés reconoció que si ahora mismo se tuvieran que instalar casillas en el territorio nacional, en el 15% no se podría por falta de seguridad. “Es decir, es un territorio que se sustrae a los lugares donde hay vida democrática, y que pasa por las escuelas, las iglesias, los condominios, la economía y el arte”.

      En el caso específico del periodismo, consideró que es favorable que empiece a darse el debate en el gremio, pero consideró que se debe “intensificar”.

      Llamó la atención en el sentido de que “la pregunta es si debemos ser una caja de resonancia, (porque) el narco golpea dos veces, primero en el mundo de los hechos y luego en las noticias que impactan en la gente”.

      “Yo creo que podría haber dos reacciones extremas muy graves ante estas noticias, una es que nos acostumbremos a la banalización del horror, y eso sería gravísimo, y por otro lado, que caigamos en la histeria y no podamos salir a la calle”.

      Villoro reconoció con “un diez” a los representantes de los medios de comunicación que cubren la historia del narcotráfico en México.

      “Hay que tener en cuenta que somos, junto con Irak, según Reporteros sin Fronteras, el país más peligroso para ejercer el periodismo”, dijo.

      “Creo que ha sido muy valiente este periodismo y hemos estado en la línea de batalla, a lo que habría que agregar a sociólogos como Luis Astorga o Rosana Reguillo, que están reflexionando sobre el tema y haciendo trabajo de campo, reaccionando de forma muy vital”.

      En la ceremonia, que tuvo lugar en la Casa de América, el periodista y ensayista recibió el galardón dotado de nueve mil euros, por su contribución a la comunicación y el mutuo conocimiento entre los pueblos iberoamericanos.


      Hola: Me encontré estoy hoy en la página de Proceso, se los comparto y aprovecho para alimentar el bloguito. Saludos a todos.

      Roja.